El sermón "Hasta los confines de la tierra", basado en el libro de los Hechos y en la misión de la iglesia primitiva.
1. La Gran Comisión: El Mandato de Cristo
El libro de los Hechos es la continuación de la Gran Comisión dada por Cristo en los Evangelios, la cual establece el fundamento y el propósito de la misión de la iglesia. La Gran Comisión no es solo un mandato para evangelizar, sino una declaración del señorío de Cristo sobre todo el mundo y Su autoridad para enviar a Sus discípulos:
Mateo 28:18-20: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos… enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.”
Hechos 1:8: “Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”
Este mandato abarca tres aspectos fundamentales: el poder, el alcance y el mensaje. El poder proviene del Espíritu Santo, quien equipa y transforma a los creyentes para la obra del ministerio. El alcance es global, comenzando en Jerusalén y extendiéndose hasta los confines de la tierra, y el mensaje es la buena nueva del Evangelio de Cristo crucificado y resucitado.
Profundización: La Soberanía de Cristo en la Misión
La Gran Comisión comienza con la afirmación de la autoridad de Cristo: "Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra" (
Mateo 28:18). Aquí, Cristo se presenta como el Rey soberano, cumpliendo la promesa de dominio universal que se encuentra en
Salmos 2:8: “Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra”. La misión de la iglesia, entonces, no es solo llevar un mensaje, sino proclamar el reinado de Cristo y llamar a las naciones a someterse a Su señorío.
2. El Poder Transformador de la Palabra de Dios
En el libro de los Hechos, vemos el poder de la Palabra de Dios en acción, no solo a través de milagros, sino principalmente a través de la predicación del Evangelio. Desde el primer sermón de Pedro en Pentecostés hasta los discursos de Pablo ante reyes y gobernantes, el mensaje de Cristo crucificado y resucitado es el motor que impulsa el crecimiento de la iglesia:
Hechos 2:37-41: El sermón de Pedro lleva a la convicción de pecado y a la conversión de unas tres mil personas. “Al oír esto, se compungieron de corazón… y se añadieron aquel día como tres mil personas.”
Hechos 19:20: “Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor.”
Profundización: La Suficiencia de la Palabra en la Expansión del Reino
El énfasis de Hechos está en el poder de la Palabra de Dios para transformar. En
Romanos 1:16, Pablo afirma: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree”. La Palabra es el instrumento que el Espíritu utiliza para regenerar el corazón humano, convenciéndolo de pecado (
Juan 16:8) y trayéndolo a la obediencia de fe (
Romanos 10:17). La doctrina de la suficiencia de la Palabra enseña que la Escritura, inspirada por Dios, es suficiente para el conocimiento de la salvación (
2 Timoteo 3:15-17).
3. El Papel Fundamental del Espíritu Santo
El Espíritu Santo es el protagonista central del libro de los Hechos. Él es quien inicia y dirige la misión de la iglesia, empoderando a los apóstoles y guiando cada aspecto de la expansión del Evangelio:
Hechos 2:4: “Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.”
Hechos 13:2-3: “Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.”
Profundización: La Doctrina de la Soberanía del Espíritu Santo
El Espíritu es quien llama, separa y envía a los misioneros. La iglesia en Antioquía no eligió a Pablo y Bernabé según su propio criterio, sino bajo la dirección soberana del Espíritu. Esta es una ilustración de la doctrina de la soberanía del Espíritu en la evangelización. Él abre puertas y dirige los pasos del ministerio (
Hechos 16:6-10), cerrando algunas puertas (Asia) y abriendo otras (Macedonia), mostrando que la misión no es una obra humana, sino divina (
Santiago 4:15).
4. La Perseverancia de los Santos en Medio de la Persecución
A lo largo del libro de los Hechos, la iglesia enfrenta oposición tanto de autoridades religiosas como políticas. Sin embargo, a pesar de las dificultades, el Evangelio sigue avanzando. La doctrina de la perseverancia de los santos se manifiesta en la resistencia y fidelidad de los creyentes:
Hechos 5:40-42: Después de ser azotados, los apóstoles se regocijan por haber sido hallados dignos de sufrir por el nombre de Cristo.
Hechos 7:59-60: Esteban, el primer mártir, muere orando por sus verdugos: “Señor, no les tomes en cuenta este pecado.”
Profundización: La Perseverancia de los Santos y la Seguridad de la Salvación
La perseverancia no es un esfuerzo humano, sino una obra de Dios.
Filipenses 1:6 afirma: “El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”. Los santos perseveran porque son guardados por el poder de Dios (
1 Pedro 1:5), y ninguna circunstancia, ni la muerte, ni la persecución, podrá separarlos del amor de Dios (
Romanos 8:35-39).
5. El Evangelio Para Todas las Naciones: La Inclusión de los Gentiles
El libro de los Hechos muestra la progresiva expansión del Evangelio más allá de los límites de Israel. La conversión de Cornelio (Hechos 10) y la inclusión de los gentiles en la iglesia sin la necesidad de circuncisión (Hechos 15) marcan un punto de inflexión en la historia de la redención:
Hechos 10:34-35: “En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia.”
Hechos 15:8-9: “Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros.”
Profundización: La Doctrina de la Redención Universal
La expansión del Evangelio a los gentiles revela que la promesa de redención no se limita a un pueblo étnico, sino que incluye a todos los pueblos. Esto se conecta con la promesa hecha a Abraham: “En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra” (
Génesis 22:18). El pacto de gracia se extiende ahora a cada tribu y lengua, cumpliendo el plan eterno de Dios de redimir a un pueblo de todas las naciones (
Apocalipsis 7:9).
6. La Iglesia como Agente de Transformación Social
El impacto del Evangelio no es meramente personal, sino que transforma comunidades y sociedades. La predicación de Pablo en Éfeso resulta en un cambio radical en las prácticas sociales y económicas (
Hechos 19:18-20), donde muchos abandonan sus prácticas paganas y queman públicamente sus libros de magia:
Hechos 19:20: “Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor.”
Profundización: La Redención de la Cultura Bajo el Señorío de Cristo
La doctrina del señorío de Cristo enseña que la redención afecta no solo el alma, sino toda la vida. Cristo es Señor sobre la familia, la economía, la educación y cada aspecto de la sociedad. Por eso, la proclamación del Evangelio lleva a la transformación de comunidades enteras, como ocurrió en Éfeso y posteriormente en Europa durante la Reforma (
1 Corintios 10:31).