DISCIPULADO


  1. ¿Qué es discipular?

    Si has sido cristiano por mucho tiempo, probablemente has escuchado palabras como «discípulo» y «discipular» ser utilizadas en varios contextos diferentes. Mientras comenzamos en esta mañana, podría ser útil obtener un mejor entendimiento de las imágenes e ideas que esas palabras traen a nuestra mente. ¿En qué piensas cuando escuchas la palabra «discípulo?» ¿Qué te recuerda la palabra «discípulo»? [Las respuestas pueden incluir: disciplina, seguidor, imitador, discípulos de Jesús, relaciones individuales, etc.]

  2. ¿Por qué Discipular?

    ¿Por qué quieres discipular a alguien? Porque tienes que, es decir, ¿sientes que es una obligación? Porque quieres, es decir, ¿por qué has encontrado alguna forma de motivación que te hace desear hacerlo? La Sesión pasada mencionamos que todo cristiano está llamado al ministerio de discipulado, independientemente de que te encuentres siendo discipulado por un creyente más maduro o alguien más joven en la fe, o ambas cosas. Antes de comenzar este ministerio de discipulado queremos entender cuáles son los fundamentos bíblicos para una motivación cristiana de hacer discípulos. Hoy vamos a considerar dos razones por las cuales discipular.

  3. Venciendo las barreras y las excusas

    Hemos pensado acerca de como luce generalmente el discipulado, y hemos visto que Jesús nos llama a todos a discipular a otros. Y hemos visto por que discipular concluyendo que es muy importante para nuestro gozo y para la gloria de Dios. Ahora, esta semana veremos algunas barreras o excusas para no discipular. Y luego responderemos a esas barreras y excusas con la Biblia con el objetivo de responder la pregunta ¿cómo podemos vencer estas barreras y excusas?

  4. La Importancia de la Santidad

    Durante las próximas semanas comenzaremos a reducir nuestro enfoque un poco mientras estudiamos aspectos específicos del discipulado, como estudiar la Escritura juntos, leer un buen libro juntos, ministrar a personas heridas, etc. Sin embargo, hoy queremos ver como el discipulado puede producir santidad personal en la vida de las personas involucradas en una relación de discipulado. Mi objetivo para nuestro tiempo juntos es que entendamos el lugar que la santidad tiene en una relación de discipulado y que reflexionemos de manera práctica sobre cómo podemos motivarnos a la santidad personal.

  5. El discipulado en la iglesia local

    Durante las últimas cuatro semanas hemos reflexionado mucho acerca del tema del discipulado. Hemos hecho la pregunta «¿qué es el discipulado?» y hemos concluido consiste en relacionarse deliberada e intencionalmente con otro cristiano con el fin de hacerle un bien espiritual. Hemos preguntado «¿por qué participar en el discipulado?» y concluimos que es algo crítico para el bien de los demás, para nuestro gozo y para la gloria de Dios. Consideramos varias «barreras y excusas del discipulado» y prescindimos de ellas basado en el razonamiento lógico y la enseñanza de la Escritura. Finalmente, consideramos el objetivo y la meta de nuestras relaciones de discipulado y concluimos que el mayor objetivo de esta maravillosa obra es motivar a nuestro amigo a crecer en santidad, según lo evidenciado por una mayor obediencia a la voluntad revelada de Dios.

  6. Motivando el Estudio Cuidadoso de la Biblia

    Queremos comenzar nuestro estudio sobre la parte de «cómo» de esta clase comenzando donde se encuentra la raíz y el fundamento de nuestra habilidad para discipular—en la Palabra de Dios. Afortunadamente, entendemos que la raíz de nuestro discipulado está no en nuestro buen consejo o simplemente escuchando como un consejero pasivo. Según discutimos la semana pasada, nuestra labor de discipulado tiene un objetivo y un propósito en mente: queremos ver a nuestro amigo crecer activa, progresiva y consistentemente a la imagen de Jesucristo. Y tanto el medio como la medida de ese crecimiento viene siempre y solamente de la Palabra de Dios: la Biblia.

  7. Motivando la Oración Bíblica

    Necesitamos recordar que el objetivo principal del discipulado es exhortar a nuestro amigo a una mayor comunión con Dios y santidad personal que glorifique a Dios. Necesitamos enseñar a los demás a conocer, amar y obedecer a Dios, y esto no será alcanzado sin la oración.

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