EL CUERPO DE CRISTO


  1. La iglesia: ayuda idónea del segundo Adán
    «Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia en toda su gloria, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculada. Así también deben amar los maridos a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, así como también Cristo a la iglesia; porque somos miembros de su cuerpo. Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Grande es este misterio, pero hablo con referencia a Cristo y a la iglesia». Efesios 5:25-32
  2. Miembros del cuerpo de Cristo
    1 Corintios 12:12-27
  3. ¿Qué hace que una iglesia sea una iglesia?
    «Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos». Mateo 18:20
  4. La obra misionera de Dios a través de la iglesia
    «Y acercándose Jesús, les habló, diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, en- señándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo». Mateo 28:18-20
  5. Haced discípulos […] bautizándolos
    «Y acercándose Jesús, les habló, diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, en- señándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo». Mateo 28:18-20
  6. Autoridad y cuidado pastoral en la iglesia
    «Acordaos de vuestros guías que os hablaron la palabra de Dios, y con- siderando el resultado de su conducta, imitad su fe». «Obedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos, porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta. Permitidles que lo hagan con alegría y no quejándose, porque eso no sería provechoso para vosotros». «Saludad a todos vuestros pastores ya todos los santos. Los de Italia os salu- dan». Hebreos 13:7, 17 y 24
  7. Unidad, diversidad y crecimiento
    Efesios 4:1-16
  8. Amor y disciplina en la iglesia
    «Y si tu hermano peca, ve y repréndelo a solas; si te escucha, has ganado a tu hermano. Pero si no te escucha, lleva contigo a uno o a dos más, para que toda palabra sea confirmada por boca de dos o tres testigos. Y si rehúsa es- cucharlos, dilo a la iglesia; y si también rehúsa escuchar a la iglesia, sea para ti como el gentil y el recaudador de impuestos. En verdad os digo: todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo. Además os digo, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos». Mateo 18:15-20
  9. La gloria de Cristo en Su iglesia
    «Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundan- temente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén». Efesios 3:20-21
  10. La realidad de la iglesia en este mundo caído

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