Libro de Job (29 al 35)
2020 | "Merece la pena seguir a Cristo ?", Job 35 | |
2020 | "Puede ser Dios Injusto, parte II", Job 34:16-37 | |
2020 | "Puede ser Dios Injusto, parte I", Job 34:1-15 | |
2020 | "Dios hablando, parte II", Job 33:14-33 | |
2020 | "Dios hablando, parte I", Job 33:1-13 | |
2020 | "Preparando el corazón", Job 32 | |
2020 | "Caminando en la presencia de Dios II", Job 31:5-40 | |
2020 | "Caminando en la presencia de Dios I", Job 31:1-4 | |
2020 | "Cuando se espera bendición", Job 30 | |
2020 | "Anhelando ser restaurado", Job 29 |
Libro de Job
Título: ¿Merece la pena seguir a Cristo?
Job 35:1-16
El valor eterno de seguir a Cristo en medio de las pruebas y la soberanía de Dios en la vida del creyente.
I. La Ventaja de Seguir a Cristo. Job 35:1-3
1. El valor temporal versus el eterno
Muchos miden su relación con Dios por lo que pueden obtener aquí y ahora. La tendencia humana es buscar ganancias inmediatas, como si el servicio a Cristo fuera un contrato de beneficios. Thomas Watson comenta en su sermón "La verdadera ganancia del cristiano" que "la mayor riqueza del cristiano no está en lo que posee en esta vida, sino en Cristo mismo, quien es su herencia eterna" (Colosenses 3:1-4).
Mateo 6:19-21: Acumular tesoros en el cielo.
Romanos 8:18: Las aflicciones del presente no se comparan con la gloria que será revelada.
Filipenses 3:7-8: Pablo considera todo como pérdida por el conocimiento de Cristo.
2. La pregunta de Asaf: ¿Vale la pena vivir en santidad?
Salmo 73:12-17: Asaf se cuestiona por qué los impíos prosperan mientras los justos sufren. Sin embargo, encuentra su respuesta en el santuario de Dios, al entender el destino eterno de los impíos. Nuestra recompensa no está en este mundo, sino en la gloria venidera. Como dijo John Owen: "El cielo es el hogar de los santos, donde sus trabajos en la tierra serán finalmente recompensados".
II. El Impacto Devastador del Pecado y la Insuficiencia de la Justicia Humana. Job 35:4-8
1. El pecado afecta nuestra relación con Dios
El pecado rompe la comunión con Dios (Isaías 59:2). Richard Sibbes, en su sermón "The Bruised Reed", señala que "el pecado endurece el corazón y nubla la visión del hombre hacia Dios". Esto nos recuerda que nuestra justicia propia es como trapos de inmundicia (Isaías 64:6).
Romanos 3:23: Todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios.
1 Juan 1:8-10: Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos.
Isaías 53:6: Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, pero el Señor cargó sobre Cristo el pecado de todos nosotros.
2. La justicia humana es insuficiente
La justificación no se basa en nuestras obras, sino en la gracia soberana de Dios (Efesios 2:8-9).
John Owen predicaba: "Cualquier justicia fuera de Cristo es vana y sin mérito; solo Su justicia imputada nos presenta justos ante Dios" (The Doctrine of Justification).
Versículos de apoyo:
2 Corintios 5:21: Cristo fue hecho pecado para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios.
Romanos 5:1-2: Justificados por la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.
3. Las consecuencias universales del pecado
El pecado de un hombre trajo el caos al mundo (Génesis 3), pero el sacrificio de Cristo restaura lo que el pecado rompió.
Thomas Brooks escribió: "El pecado trae destrucción a todas las cosas, pero la gracia restaura la vida y la relación con Dios" (Precious Remedies Against Satan’s Devices).
III. La Soberanía de Dios en la Oración: ¿Por qué Dios no siempre responde como esperamos?
Texto clave: Job 35:9-13
1. Dios responde conforme a Su voluntad
La oración que no busca la gloria de Dios, sino el beneficio personal, no es escuchada (Santiago 4:3).
Thomas Watson en su sermón "The Believer’s Privilege of Prayer", enseña que "Dios responde a la oración no siempre como el hombre espera, sino conforme a Su infinita sabiduría y propósito soberano".
Versículos de apoyo:
1 Juan 5:14-15: Si pedimos conforme a Su voluntad, Él nos oye.
Mateo 6:9-10: Que se haga la voluntad de Dios en la tierra como en el cielo.
2. La oración en medio de las pruebas revela el carácter
Job clama en su aflicción, pero Elihú le recuerda que Dios tiene el control, incluso cuando parece que guarda silencio.
Richard Sibbes dice: "Las pruebas revelan el estado de nuestro corazón. Es en la oración en medio de las dificultades donde se ve si verdaderamente confiamos en la soberanía de Dios" (The Bruised Reed).
Versículos de apoyo:
Salmo 66:18-20: Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado.
Romanos 8:26-27: El Espíritu intercede por nosotros conforme a la voluntad de Dios.
IV. La Esperanza del Creyente en la Voluntad de Dios
Texto clave: Job 35:14-16
1. Esperar en Dios en medio de la aflicción
La vida cristiana no está libre de pruebas. De hecho, seguir a Cristo implica padecer por Su causa (Filipenses 1:29). Sin embargo, sabemos que Dios está obrando en todas las cosas para nuestro bien.
Thomas Boston en "The Crook in the Lot" nos enseña: "La mano de Dios está en cada una de nuestras aflicciones, y aunque no entendamos ahora, veremos Su propósito en el tiempo adecuado".
Versículos de apoyo:
Romanos 8:28: Dios hace que todas las cosas obren para bien a los que le aman.
2 Corintios 4:17-18: Las aflicciones presentes son leves y momentáneas, comparadas con la gloria eterna.
2. La fidelidad de Dios y Su propósito eterno
Aunque Job no entendía completamente su sufrimiento, finalmente reconoció la soberanía y sabiduría de Dios (Job 42:1-6). Así también, nosotros debemos confiar en que Dios tiene un propósito mayor, incluso en medio de la adversidad.
Versículos de apoyo:
Isaías 55:8-9: Los caminos de Dios son más altos que los nuestros.
1 Pedro 5:10: Después de haber sufrido un poco de tiempo, Dios mismo os perfeccionará.
Conclusión
Llamado: "Merece la pena seguir a Cristo, no por las ganancias temporales, sino porque Él es nuestra vida y nuestra esperanza eterna."
Como predicó Charles Spurgeon: "Cristo no nos prometió una vida libre de pruebas, pero sí prometió que nunca nos dejará ni nos desamparará" (The Ever-Present Savior).
Versículos de invitación:
Juan 3:16: Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo unigénito.
Hechos 16:31: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú y tu casa.
Este bosquejo te ofrece una estructura sólida y profunda, con referencias a algunos de los grandes predicadores puritanos que enfatizan la centralidad de la gracia soberana de Dios y la importancia de la fe en medio de las pruebas.
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